Hemos pasado de querer ser uno más y seguir las modas a querer marcar la diferencia y ser únicos, esto marca la diferencia en el mercado y la personalización ha llegado para quedarse. Ya no es cosa de pequeñas empresas y de procesos artesanales, grandes marcas como Zara ya han implementado estas opciones es sus procesos y ofrecen productos personalizados a un precio muy reducido y con un sistema de pedidos sencillo y rápido.
Pero, ¿cómo puedo implementar la personalización en mi proceso?
Si hago productos personalizados me penaliza los costes y el sistema de producción y logístico. Quiero hacer crecer mi negocio pero siento que va totalmente en contra de la personalización, tengo escoger y dejar de lado una de las dos opciones si quiero incrementar las ventas…
Estás totalmente equivocado, una cosa no tiene que ir en detrimento de la otra, siempre hay una manera de combinar ambas y lograr mantener unos costes reducidos o una mejora productiva pero mantener la esencia y el valor de un producto personalizado. Para ello te recomiendo que analices tu proceso y encuentres la forma de realizar una personalización con el mínimo cambio. No se trata de hacer un producto a medida o único, esto consiste en obtener el máximo rendimiento y la máxima personalización con el mínimo cambio.
Si seguimos tomando el ejemplo de Zara, vemos como tiene unos productos estándar y con un diseño y estilo sencillo que permiten añadir un proceso de personalización añadiendo el bordado o impresión sobre el producto. Solamente con ese proceso añadido ya se crea un producto completamente diferente y único. Además, como nos ha enseñado la marca gallega, a los clientes no les importa pagar un poco más por un producto personalizado o incluso esperar unos días más.
Si lo hacemos bien y no complicamos en exceso el proceso la personalización puede ser una gran estrategia de diferenciación y que nos ayude a posicionarnos frente a la competencia con un producto mucho más interesante y único.