Cuando la calma invade la casa, cuando todo está tranquilo, se esfuman las distracciones y no importa la hora.
Entonces es el momento en el que disfruto trabajando. Todo fluye, el tiempo vale por dos y yo me voy a la cama sintiendo que es el tiempo mejor invertido.
A todo el mundo no le funciona y es algo que no tenemos establecido como habitual, parece que el horario debe ser de 8 a 18h, pero yo prefiero organizarme así.
A mí las mañanas me dan energía para no parar, para hacer mil llamadas, para organizar, para hacer tareas, mientras que las tardes son para la familia, innegociables, así que mi mejor momento son las noches.
Es un privilegio poder organizar tu tiempo.
La libertad, el poder de la elección.
Sinceramente, creo que es eso lo que todos esperamos lograr. Tanto en el tiempo, en la compañía, en el consumo o en cualquier ámbito de nuestra vida.
Y, ¿sabes qué es necesario para ello? Si, el dinero.
Hay muchos que dicen que el dinero no compra la felicidad, por supuesto que no.
Si con todo lo que tienes no eres feliz no lo serás con todo lo que anhelas.
Pero el hecho de poder decidir cómo inviertes tu tiempo, con quién lo pasas o qué compras es un gran poder. Sentirte obligado a pasar horas y horas, días y días en una oficina que no te gusta, con gente que no te agrada, eso poco se parece a la felicidad.
Incluso pasar por una calle llena de tiendas y tener que estar mirando el precio de los productos, echando cuentas diariamente para ver si te alcanza, tampoco lo es.
Te voy a contar un secreto.
Muchos dicen que la solución es emprender, que así no tendrás jefes, que serás dueño de tu tiempo. Pero, emprender no es la panacea. Emprender es duro y sacrificado. Te encontrarás con momentos duros y el dinero y los clientes no caen del cielo.
Tendrás que tragarte reuniones con gente que detestas e incluso económicamente puede que sea más complicado que cuando trabajabas por cuenta ajena.
Entonces, ¿cuál es la solución?
Si esperas que te la dé, creo que estás en el lugar equivocado. Creo que debes mirar en otra dirección. Dentro, concretamente. Mirando fuera no la vas a encontrar.
Busca eso que sabes hacer mejor que nadie, eso que te sale solo, que para muchos es difícil, pero tú lo haces fácil y sencillo.
Ahí tienes la clave.
Empieza a crear a partir de esa idea y todo cobrará sentido.
Empieza a tomar las riendas, a ser libre, a decidir cómo inviertes tu tiempo, con quién.
Si necesitas ayuda para darle forma a esa idea que brota desde dentro, hablamos.